El campamento de Saatari, en una zona desértica de Jordania, acoge todo el dolor de los muchos desplazados sirios. 116.000 refugiados de guerra viven aquí, en parte, en condiciones infrahumanas. En el campamento crece la desilusión y también la delincuencia. El jefe alemán y numerosas organizaciones humanitarias tratan de ayudar a que esto cambie.