La misión para Kósovo de la Unión Europea, EULEX, y la OSCE han cerrado filas en torno a la condena de las intimidaciones de votantes y agresiones contra centros de voto en las elecciones municipales de Kósovo que tuvieron lugar el domingo.

Extremistas de origen serbio trataron de boicotear estas elecciones que consideran una legitimación de la independencia unilateral de Prístina.

“Atacar un colegio electoral es algo… es una de las peores cosas que se pueden hacer en la vida civil. Estamos muy contentos de que hayamos conseguido volver a traer las urnas y que la gente no sufriera daños y pudiera volver a votar”, ha declarado Bernd Borchardt, director de la EULEX.

Kósovo es demográficamente de mayoría albanesa con solamente una excepción: las provincias del norte, con capital en Mitrovica, tienen una mayoría de serbios, hostiles al Gobierno central y deseosos de reintegrar el país dentro de Serbia.

Para el electorado serbio, incluso para el moderado, las elecciones no son algo fácil de digerir: “Creo que los comicios han llegado muy pronto. No es lo mismo vivir en el norte o en el sur de Kósovo. Los serbios al sur del río Ibar están acostumbrados a convivir con los albaneses”, dice un votante.

Belgrado, por su parte, ha animado a los serbios a votar. El fin del enfrentamiento con Kósovo es condición sine qua non para su acceso a la UE.

Los resultados parciales de estas elecciones se conocerán este martes.