Irán y el Organismo Internacional de la Energía Atómica han pactado una hoja de ruta para resolver en tres meses las dudas pendientes sobre su polémico programa nuclear. El acuerdo, que es puramente técnico y se ha alcanzado al margen de las conversaciones entre Teherán y el Grupo 5+1 en Ginebra, permitirá que los inspectores de la OIEA visiten dos instalaciones que hasta ahora tenían vetadas: la mina de uranio de Gachin y el reactor de agua pesada de Arak. Sin embargo, no se menciona el acceso al complejo militar de Parchin, al sureste de la capital iraní, donde se cree que se han realizado pruebas previas a la ejecución de ensayos con armas nucleares.
El pacto, que será evaluado dentro de tres meses, se desarrollará por fases y tiene como objetivo inmediato devolver la confianza a ambas partes.