Desesperación en los rostros de los supervivientes del paso del tifón Haiyan por el centro de Filipinas. Al menos 10.000 personas han muerto en la hasta hace unos días próspera ciudad portuaria de Tacloban, donde el hambre, la sed y la miseria se ciernen ahora sobre sus habitantes. Miles de damnificados se agolpan en lo que queda de aeropuerto a la espera de un milagro:
– “Llevamos varios días aquí. Mire a mis hijos. No tengo nada para darles, ni comida, ni ropas para cambiarlos. Sobrevivimos al tifón, pero vamos a morir de hambre”, explicaba un ciudadano.
– “Vinimos porque porque mis hijos empezaron a enfermar entre tantos cadáveres. Por eso queremos ir a Manila”, añadía una mujer.
Aunque Filipinas es golpeada por unos 20 tifones al año, no se recuerda el paso de uno tan devastador como Haiyan, que aquí han bautizado Yolanda. Hay 11,5 millones de damnificados y al menos 800.000 desplazados. El balance de víctimas mortales tardará semanas o meses en completarse, pues hay decenas de localidades del interior con las que se ha perdido todo contacto desde el pasado viernes. Una de ellas tenía 40.000 habitantes.
La estremecedora estela de muerte y destrucción que ha dejado Haiyan podría incrementarse en las próximas horas por la llegada de la depresión tropical “Zoraida”, que, acompañada de fuertes lluvias y vientos huracanados, avanza por el sur del país hacia zonas afectadas por Haiyan a las que aún no ha llegado ningún tipo de ayuda…