Angela Merkel estaría dispuesta a suavizar los términos del rescate griego, si se cumplen ciertas condiciones. La canciller alemana dejó la puerta abierta en su encuentro con el primer ministro griego, Antonis Samarás, que se desplazó a Berlín para obtener la aprobación de las cuentas que prepara para 2014. En su última visita, los delegados de la troika no quisieron dar aun su visto bueno a los presupuestos del año que viene.
“Pienso que es muy importante que las promesas de reformas que ha hecho Grecia se apliquen”, recordó Merkel. “Así, se puede pagar el nuevo tramo de ayuda. Me refiero a todo lo que hemos discutido hoy y teniendo en cuenta que no es muy fácil pero sí factible”.
Bruselas y el Fondo Monetario Internacional advierten de un posible agujero de 2.000 millones de euros por unas previsiones de ingresos fiscales que se consideran demasiado optimistas.
“No habrá necesidad de un nuevo memorando o más dinero”, mantuvo por su lado Samarás. “Queremos quedarnos con el actual programa, con sus objetivos, con las decisiones que ya ha tomado el Eurogrupo y la troika. No pedimos nada más. Nosotros estamos cumpliendo con nuestra parte del compromiso y creemos que todo el mundo debería hacer lo mismo”.
Una de las aspiraciones del Gobierno griego es que se bajen los intereses de los préstamos internacionales. Algo que deberá esperar a que, en abril que viene, se confirme que en 2013 el país obtuvo por primera vez en muchos años un superávit en sus cuentas públicas si se deja fuera laooooi carga que supone la deuda acumulada.