En la protesta de Kiev no falta ninguno de los principales líderes opositores.
La negativa a firmar el acuerdo de asociación con la Unión Europea del presidente Víktor Yanokóvich, una decisión que pilló a contrapié a Bruselas y a la oposición, y el acercamiento implícito a Rusia, ha colmado la paciencia de sus adversarios, que reclaman un cambio.
Arseniy Yatsenyuk, líder del partido Batkivshchyna se expresaba: “Este no es un plan para la oposición, es un plan para el pueblo de Ucrania, para reinstaurar la democracia en mi país. La gente pide Justicia. El primer paso es que el Gobierno dimita y convoque elecciones.”
El ambiente, recogido por las cámaras de Euronews es de una cierta euforia entre los presentes, que lo sienten como un momento histórico.
“Este es mi hijo”, decía uno de ellos llevando al pequeño sobre los hombros. “Hoy peleamos por él. Y está participando en los hechos más importantes de la Historia de Ucrania.”
“Tomé parte en la revolución de 2004 y como muchos terminé decepcionado con ella”, aseguraba otro. “Durante nueve años he estado indiferente ante la política y la semana pasada no me manifesté. Pero después de que dispersaran la anterior manifestación a palos he entendido que tenía que volver a involucrarme, porque la situación podría empeorar.”
En 2004 las masivas protestas forzaron la anulación por fraudulentas de unas elecciones ganadas por Yanukóvich. Su repetición aupó entre otros a Yulia Timoshenko, hoy en la cárcel.