La misión de las tropas francesas en la República Centroafricana parece que, además de peligrosa, va a ser larga. Según el presidente francés, François Hollande, los 1600 soldados del contingente galo seguirán desplegados hasta que las fuerzas africanas estén en condiciones de asumir el relevo. Un relevo que, a día de hoy, se antoja complicado. Los 3000 soldados africanos, mal formados y entrenados, no parecen por el momento una alternativa.
“Francia no está en aquí por ningún interés propio, no busca obtener nada, no pretende tener ninguna influencia injustificada. Francia sólo pretende prestar su ayuda a una población amenazada por bandas sin escrúpulos”, dijo Hollande este martes en Bangui, a donde acudió a rendir homenaje a las dos primeras víctimas francesas.
Además de la misión de desarme, las tropas francesas intentan acabar con el engranaje sangriento de ataques y represalias entre cristianos y musulmanes, que segun París, amenaza con degenerar en guerra civil.
“Estoy furioso con los soldados franceses. Protegen a unos y abandonan a otros. Eso es malo. Están aquí para ayudar a todos los centroafricanos, pero sólo protegen a los cristianos y no a los musulmanes”, dice un miliciano musulmán.
Francia se enfrenta a un enemigo mal identificado y en un complicado entramado urbano. Para París, la alternativa para evitar que se repita esta situación en el futuro sería convencer a sus socios europeos de formar una fuerza africana.