Hace 1000 años esta visión habría desatado, sin duda, un movimiento de pánico. Pero los vikingos ya no dan miedo. En todo caso, no estos que llegaron ayer a la capital británica para honrar una deuda del pasado. Devolver parte del tributo pagado a sus ancestros para que no desataran sus mostíferos ataques.
“ Exactamente, hace mil años en el mes de diciembre- comenta el embajador danés en el Reino Unido- Fokbeard fue coronado rey de Inglaterra. Hoy venimos en paz con un grupo de vikingos que van a restituir parte del Danegeld que nos llevamos en aquel tiempo. Lo hacemos para demostrar que nuestras intenciones son pacíficas y celebrar la herencia común de nuestros dos países”
Por supuesto, las monedas que se llevaron los fieros vikingos de la época eran de oro o plata. Las que viajan en este drakkar del siglo 21 son- muchas de ellas- de chocolate. Pero, lo que importa es el gesto, que forma parte de una campaña turística para promocionar Dinamarca. Y eso sí, el brindis es el mismo ahora que entonces: skål.