Decenas de miles de tailandeses han vuelto a salir a las calles para pedir la dimisión del Gobierno interino y la suspensión de las elecciones.
Un mes después del inicio de las protestas, los manifestantes han vuelto a hacer una demostración de fuerza. Esta vez han bloqueado las principales avenidas y puentes de Bangkok para paralizar la circulación de la capital.
Una marea humana para forzar al Ejecutivo a dimitir y oponerse a los comicios del 2 de febrero.
“Si no aceptáis este Gobierno al menos deberíais aceptar el sistema”, decía la primera ministra interina, Yingluck Shinawatra.
La crisis política que desde hace un mes vive el país obligó a la jefa del Gobierno a disolver el Parlamento y a convocar nuevas elecciones pero la oposición ha llamado a boicotear los comicios.
El Partido Demócrata, que considera obsoleto y corrupto el actual sistema electoral, sigue ganándose el apoyo de unos manifestantes que creen que la actual mandataria está a las órdenes de su depuesto hermano Thaksin, expulsado del Gobierno en un golpe de Estado en 2006.