La explosión tuvo lugar a las 12.45 del mediodía, hora local, en la estación de trenes de Volgogrado.
Además del terrorista suicida, cuya identidad aún no está clara, 16 personas han fallecido y hay al menos 34 heridos.
La estación de esta ciudad al sur de Rusia estaba llena: hora punta y la fiesta de Año Nuevo a la vuelta de la esquina.
También se ha hallado una granada sin explotar que ya ha sido destruida,
Alerta roja por riesgo terrorista en la región y la seguridad reforzada en las estaciones y aeropuertos de todo el país.
Volgogrado, antigua Stalingrado, ya sufrió un atentado el pasado 21 de Octubre, cuando una terrorista suicida oriunda del Cáucaso mató a seis personas en un autobús.
“La potencia de la explosión fue equivalente a por lo menos 10 kilos de dinamita. El artefacto explosivo estaba lleno de piezas de metal y la explosión tuvo lugar cerca de los detectores de metales situados en la entrada de la estación.”, comenta Vladimir Markin, oficial del Comité de Investigación.
Entre las víctimas, Makovkin Dmitri, un joven policía de 29 años que obligó al terrorista a pasar por el detector de metales. Fue entonces cuando activó la bomba. Podían haber sido mucho más muertos.
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha endurecido las leyes antiterroristas recientemente ya que teme un aumento de la actividad terrorista y guerrillera de cara a los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi, que comienzan de aquí a seis semanas.
Sobre todo, por parte de los grupos islamistas separatistas del Cáucaso, principales sospechosas de este atentado