La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, se ha dedicado a luchar contra la corrupción; ha defendido la producción nacional; ha puesto en marcha programas sociales que benefician a las mujeres; su propuesta de eliminar la pobreza de manera definitiva de Brasil le ha ganado altos niveles de aceptación, nada menos que el 77 por ciento de sus conciudadanos.