La moto acuática de diseño francés “Exo Watt” es totalmente eléctrica. Se trata de la versión ecológica de las grandes y ruidosas motos acuáticas que podemos encontrarnos en la playa en verano. Funciona con baterías y, según sus creadores, es totalmente silenciosa. Todo el mundo puede utilizarla y su transporte es fácil así como su mantenimiento. Es totalmente reciclable.
Philippe Fretel es su creador.
“Durante años fui propietario de un club de deportes acuáticos en Miami, explica. Fué allí donde me dí cuenta de que las máquinas eran cada vez más grandes, más pesadas y consumían más energía. Pensé que sería buena idea diseñar maquinaria más respetuosa con el medio ambiente, más fácil de transportar, que utilizase energía eléctrica, que no contaminase. Pensé que esas máquinas deberían respetar más el medio ambiente no solo siendo silenciosas sino también reduciendo sus emisiones de CO2”.
Además de crear una moto acuática eléctrica, silenciosa y más segura, las baterías que la alimentan en energía fueron también realizadas con materiales reciclados. Con un total de tres baterías esta moto puede alcanzar una velocidad de 15 nudos durante una hora. El cuerpo central de la máquina fue construído con materiales similares a los de la aeronáutica consiguiendo así más ligereza pero también más fuerza.
Un primer modelo fue presentado en Cannes a finales de 2011. Tras realizar varios ajustes técnicos, la moto aucática eléctrica ha empezado a comercializarse. Existen dos versiones, una más barata y otra, realizada con fibra de carbono, más cara.
Estamos ahora en Australia donde los robots para la agricultura se desarrollan cada vez más.
Agbot ha sido creado por la Universidad de Tecnología de Queensland. Agbot puede desplazarse de manera segura aplicando de manera inteligente los productos necesarios para eliminar las malas hierbas sin dañar las cosechas. Esta máquina es ligera y puede ocuparse de un área superior a las dos mil hectáreas gracias a sensores de bajo coste.
“Queremos remplazar la maquinaria pesada por robots inteligentes, pequeños y ligeros”, explica uno de los responsables del proyecto, David Ball. “Aquí están los cerebros del robot, nada funciona con control remoto, todo está aquí dentro”, explica mostrando el interior del robot.
El vehículo consigue evitar los obstáculos gracias a varias cámaras y a un sistema de navegación por satélite. Un total de diez máquinas similares podrían ocuparse de todo un terreno durante 24 horas. Según sus creadores, estas máquinas son muy asequibles y su impacto en el medio ambiente es menor.
“El verdadero beneficio de estos robots es que se pueden desarrollar nuevas maneras de cosechar, se puede aumentar también el área de trabajo y se pueden utilizar productos como los fertilizantes de manera más eficaz. El impacto en el medio ambiente es menor”, asegura un agricultor.
Los científicos de la Universidad de Tecnología de Queensland están convencidos de que durante la próxima década el número de robots ocupándose de los campos aumentará notablemente. Sus creadores quieren ahora mejorar la imagen de estas máquinas antes de comercializarlas de aquí a finales de año.