El sentimiento provocado en Israel por la desaparición de Sharón contrasta con los gestos de desprecio y las duras palabras entre los palestinos contra un hombre al que veían como la máxima representación de todos sus males. “Criminal de guerra”, “carnicero”, son algunos de los adjetivos que se repiten tanto en Gaza como en Cisjordania.

“El mundo pierde a un carnicero que masacró a los palestinos y eso es todo. Se terminó. Se acabó esa etapa”, dice un hombre en Ramala. “Fue alguien que cometió muchos crímenes contra los palestinos. Así que, el hecho de que ya no forme parte de este mundo es algo que complace al pueblo palestino”, afirma otro.

En Gaza, por las calles, se han repartido dulces para celebrar la desaparición de Sharón. Difícil olvidar su responsabilidad en las matanzas de Sabra y Chatila y en la evolución del conflicto palestino-israelí.