Los vecinos de un barrio de chavolas en la ciudad filipina de Quezón han intentado por todos los medios impedir que echaran abajo sus viviendas. Levantaron barricadas desde las que lanzaron piedras, botellas y basura a las fuerzas del orden, que respondieron con gases lacrimógenos. Los choque acabaron con varios heridos y detenidos, y medio centenar de familias obligadas a salir de sus casas, condenadas a la demolición.
“Nos lanzaron gases lacrimógenos y no forzaron a salir de nuestras casas y ahora las están destruyendo”, dice una mujer mientras ve a los equipos de demolición echar abajo las chavolas.
“Esta noche dormiremos en la calle y va a ser muy duro. Solo estoy preocupado por el bienestar de mi familia, en especial, de los niños que son muy pequeños”, explica un hombre.
La demolición de este barrio de chavolas forma parte de un proyecto del Gobierno filipino, que quiere hacer pasar una carretera por este lugar.