Tres años después y a las 06:46, hora central europea, Japón ha vuelto a enmudecer.
El 11 de marzo de 2011 la tierra tembló bajo el mar con una magnitud de 9º en la escala de Richter y tres años después el país sigue recordando el trágico destino de las más de 18.000 personas que perdieron la vida por el devastador tsunami que arrasó la costa nororiental.
Japón sufrió un desastre natural que desencadenó la mayor catástrofe nuclear que ha vivido el planeta desde el accidente de Chernóbil y el primer ministro, Shinzo Abe, ha pedido unidad a su pueblo para levantar cabeza y afrontar los desafíos del futuro.
El país asiático intenta reconstruirse poco a poco pero unas 270.000 personas no han podido regresar a sus casas y alrededor de 100.000 siguen viviendo en residencias temporales o prefabricadas.
Mientras los técnicos luchan por contener las fugas de agua radiactiva de Fukushima y aceleran el desmantelamiento de la planta, el Gobierno asegura que no renunciará a la energía nuclear.