Las amenazas de violencia por parte de los talibanes y el miedo al fraude amenazan las elecciones de Afganistán que se celebran este sábado. Incluso los principales candidatos a estas presidenciales, las terceras desde la caída del régimen de los talibanes, han expresado sus temores a que se produzcan “fraudes masivos”.
Aunque la Constitución prohíbe que el presidente saliente se presente de nuevo, Hamid Karzai ha dejado claro que no desaparecerá completamente de la escena política.
Entre los tres principales candidatos, el que parece más dispuesto a no apartarle del todo es el exministro de Exteriores, Zalmai Rassoul, que cuenta también con el respaldo de los influyentes hermanos del presidente saliente.
Aunque aparece rezagado en las encuestas, la influencia de Karzai puede darle una ligera ventaja sobre los ex ministros Abdullah Abdullah y Ashraf Ghani Ahmadzi.
De cualquier forma, es probable que ninguno de los aspirantes a la presidencia consiga hacerse con más del 50% de los apoyos, por lo que por lo que se espera una segunda vuelta con los dos candidatos más votados en un plazo aproximado de seis semanas.
Además de la venta de votos por parte de señores de la guerra, otra de las grandes preocupaciones es la seguridad.
Desde que los talibanes anunciaron el saboteo de las elecciones con ataques a colegios electorales y a las fuerzas de seguridad, ha habido más de un centenar de víctimas mortales.
La violencia es tal que los candidatos solo han celebrado mítines en las ciudades, pese a que Afganistán es un país mayoritariamente rural.
Pese a las amenazas la sociedad civil pide que se vote masivamente para hacer frente a los radicales.
Sardar Wali. Comerciante:
“Confío en la capacidad de las fuerzas de seguridad afganas. Espero que garanticen la seguridad en estas elecciones. Todos los afganos deberían salir y acudir a votar por sus candidatos preferidos”.
Como telón de fondo de estos comicios, hay otro asunto crucial para la seguridad en el país: la firma de un acuerdo bilateral para mantener una presencia militar en Afganistán después de 2014. Aunque Karzai ha criticado duramente a Estados Unidos por sus acciones contra la insurgencia y no ha querido firmarlo, no ha descartado hacerlo tras las presidenciales.
Javid Kohistani. Experto militar afgano:
“Si no se firma el Acuerdo Bilateral de Seguridad con Estados Unidos, habrá cero opciones y se terminará la ayuda internacional a las fuerzas afganas. El problema es que las fuerzas afganas no tienen la capacidad necesaria para hacer frente a los ataques terroristas y a las amenazas de los fundamentalistas sin el apoyo de las tropas extranjeras.”
Sin ese acuerdo, las tropas extranjeras, que han desempeñado un papel crucial en el mantenimiento del orden desde la caída del régimen de los talibanes en 2001, comenzarán su retirada a finales de año, dejando atrás a unas fuerzas de seguridad afganas precarias y con una preparación incompleta.