Dos meses después de llegar al Gobierno, Matteo Renzi, decide hacer tabla rasa y comunicar a la vez todos los cambios en los órganos de gobierno de empresas públicas, cuyos mandatos tienen una duración de tres años.
Siguiendo sus compromisos electorales, más mujeres se sientan al frente de los Consejos de Administración.
Emma Marcegaglia, ex número uno de Confindustria, presidirá el Consejo de Administración de Eni; Patrizia Grieco, alta ejecutiva de Olivetti será la nueva presidenta de la eléctrica Enel; mientras que Luisa Todini aterrizará en la cúpula de la empresa de correos la Poste italiana.
Revolución también en los cargos ejecutivos, con el actual número dos de Eni, Claudio Descalzi, reemplazando a Paolo Scaroni después de 9 años en el cargo.
El proceso de nominación a las empresas estatales siempre ha sido objeto de un intenso debate debido al importante papel que desempeñan los grupos, que en total conforman un tercio del mercado de valores italiano.
Renzi también cumple otra de sus promesas: recortar ciertas retribuciones que han mermado la rentabilidad del sector. A partir de ahora, el sueldo de los directivos de las empresas públicas se limitará a un máximo de 238.000 € brutos al año, que es el sueldo del primer ministro italiano.