Durante la noche del lunes al martes un centenar de niñas fueron secuestradas cuando se encontraban en su escuela, en el estado de Borno, en el noreste del país. Los secuestradores, que se sospecha pertenecían a este grupo terrorista, se llevaron a las escolares en camiones. Unas diez niñas lograron escapar saltando de los vehículos.
Ese mismo día una explosión en Abuja provocó la muerte de 75 personas y 150 resultaron heridas. Este ha sido el atentado que más víctimas se ha cobrado de los doce que han tenido lugar en la capital nigeriana en lo que va de año y que han dejado ya cerca de 800 muertos.
Fundada por Mohamed Yusuf en 2002, la organización tiene como objetivo aplicar la “sharía” en todo el país. Predican un islam riguroso y radical y la ideología del movimiento está inspirada en los talibanes de Afganistán. Su nombre en hausa significa: “La educación occidental es un pecado”. Sus adeptos están en contra de la modernidad y la educación.
Nigeria es un país dividido. Hay una línea que separa el norte, en su mayoría musulmán y el sur, cristiano y animista. En el norte, feudo histórico del movimiento, la “sharía” se aplica en numerosos estados y Boko Haram, a pesar de lo que dice el Gobierno, está bien establecido.
Es una más de las organizaciones terroristas de la región. Aqmi, el Mujao, Ansar Dine y Al Mouakaoun Be Dam, son algunas de las que rubrican su nombre con sangre y siembran el terror en la zona.
Ha sido la primera vez que llevan a cabo un secuestro de tal calibre, pero no el único que ha tenido una escuela como escenario. En septiembre de 2013, entre 40 y 50 estudiantes fueron secuestrados en un colegio de Gujba y posteriormente asesinados. En febrero de 2014, en Buni Yadi, 59 niños y adolescentes de entre 8 y 18 años fueron asesinados, también en su escuela.
Son masacres y secuestros que llevan a cabo prácticamente cada semana y dejan decenas de muertos.
Entre sus víctimas hay europeos que, afortunadamente, vivieron para contarlo. El año pasado, esta familia francesa de tres adultos y cuatro niños fue secuestrada en Camerún. Hace unos días tres religiosos, dos italianos y una canadiense, también fueron secuestrados.
Estos casos han dejado entrever que Boko Haram ha extendido sus tentáculos más allá de sus fronteras.