La fiscalía de Seúl les acusa de marcharse del barco junto a los primeros evacuados, abandonando a los pasajeros a su suerte. Al parecer, Li Jun-seok no se encontraba en el puente de mando cuando la nave, timoneada por una joven oficial, comenzó a volcar.
“Lo siento tanto, estoy avergonzado. No tengo palabras…”, decía atormentado el capitán.
Tampoco tenían palabras en el instituto Danwon de Ansan, de donde procedía la mayoría de los pasajeros, al enterarse del suicidio del subdirector del centro, uno de los supervivientes del naufragio.
Se colgó de un árbol cercano al gimnasio donde los familiares son presa de los peores presentimientos.
En un comunicado acusan al Gobierno surcoreano de comenzar tarde el rescate y de dar datos equivocados durante las primeras horas de la tragedia.
Los datos oficiales contabilizan 179 rescatados con vida, 28 muertos y 268 desaparecidos del total de 475 personas a bordo.
“Deben darse prisa para rescatar a los supervivientes, pero los buzos no están entrando en el barco. No habrá más supervivientes después de hoy”.
“Hemos oído que los supervivientes que están dentro están muriendo”, se lamentaban el padre y la hermana de un desaparecido.
Cuatro grúas han sido trasladadas para levantar la embarcación hundida. Pero no ha entrado en acción por temor a que cualquier movimiento ahogue a posibles supervivientes.
El mal tiempo impide a los buzos completar su operación en el interior de la nave.