El naufragio del barco surcoreano Sewol podría haber producido muchas más víctimas sin el profesor Nam Yun-cheo, fallecido en el siniestro y que ayudó a salir del ferri a muchos de sus estudiantes. Este domingo se celebraba su funeral.
El balance de muertos supera ya el medio centenar y conforme pasan las horas la esperanza de encontrar más supervivientes entre los 244 desparecidos disminuye.
La mayor parte de los viajeros en la embarcación eran jóvenes alumnos de un instituto de las afueras de Seúl.
Y mientras pasa el tiempo las familias se desesperan y acusan al Gobierno de no hacer lo suficiente y de no les proporciona información. El ministro coreano encargado del medio marítimo ha sido interpelado por varios de ellos en una visita al puerto desde donde se lanzan las misiones de búsqueda y rescate.
La investigación apunta a que el barco realizó un movimiento imprudente, un viraje muy brusco que desequilibró la carga que le hizo inclinarse. El capitán, que está detenido junto a dos de sus subordinados, asegura que en el momento de la acción no estaba en el puesto de mando.
Además demoró hasta 40 minutos la evacuación, según él para evitar que las corrientes se llevaran a los que saltaran.