El Banco Central Europeo se prepara a echar el resto para evitar la deflación. En su reunión mensual de este jueves, el organismo presidido por Mario Draghi debería volver a rebajar el actual tipo de interés ya en su mínimo histórico del 0,25 por ciento para llevarlo prácticamente a cero e incluso dejar en negativo el interés del dinero que le depositan los bancos para que este se destine más bien a los créditos.
“Draghi tiene un par de opciones: sentarse, no hacer nada y mirar como continúa el estancamiento en la periferia de la eurozona”, advierte este responsable de inversiones. “Pero creo que se comprometerá a algo. Y tiene varias opciones a su disposición. La más obvia es recortar el tipo de interés del actual 0,25 por ciento”.
Motivos para ello, el BCE los tiene. Porque la inflación se situó en mayo de nuevo en un escaso 0,5 por ciento. Y la oficina de estadísticas Eurostat confirmó las paupérrimas dos décimas de crecimiento en el primer trimestre para los países de la moneda única. La única nota positiva es que se ha revisado al alza el crecimiento del último trimestre de 2013, del 0,2 al 0,3 por ciento. Tampoco para echar cohetes.
Otra posible medida anunciada del BCE para relanzar la economía sería un nuevo plan de préstamos a largo plazo para los bancos, pero a condición de que sea para otorgar créditos a familias y empresas.