Denis Lofter
Una de cada dos piezas de pescado que comemos no procede de su medio natural. Son de piscifactoría. ¿Pueden darse peces más sabrosos respetando el medio ambiente?
La piscifactoría experimental del Instituto Nacional para la Investigación Agronómica, INRA en sus siglas francesas, cerca de Brest, en Francia, participa en un proyecto europeo para conectar los centros de investigación en acuicultura en la Unión Europea.
El ingeniero especializado en investigación genética Marc Vandeputte, subraya que “la acuicultura es una actividad en expansión que lleva creciendo en todo el mundo más de un 8 por ciento anual desde hace veinte años. El año pasado ha sobrepasado en tonelaje a la producción de vacuno”.
La demanda mundial de pescado aumenta, mientras que los recursos marinos están al límite. Así que lo que necesitamos es una forma sostenible de producir más pescado.
Vandeputte asegura que “como toda producción animal la acuicultura consume recursos, en especial aceite y harina de pescado lo que le hace blanco de críticas. También genera desechos”.
Nutricionistas y genetistas lograron sustituir en la dieta de los peces la mayor parte de la harina y aceite de pescado por nutrientes vegetales. Las truchas, por ejemplo, son alimentadas con una dieta vegetariana estricta.
La investigadora en genética de los peces Edwige Quillet, en el INRA explica: “hemos creado una serie de líneas isogénicas, de individuos que son todos de la misma especie y gemelos, idénticos genéticamente los unos de los otros y esta particularidad nos permite ser mucho más eficaces cuando investigamos”.
Diversas dietas ayudan a entender cómo los peces consumen nutrientes, y permiten controlar la grasa y la textura de la carne de pescado. Quillet asegura: “buscamos criar buen pescado, que sea barato y también que se desarrolle en un marco que contamine los menos posible el medio ambiente”.
¿Es posible hacer que la vida de los peces de acuicultura sea mejor? En la Universidad de Wageningen en Holanda, los investigadores utilizan peces isogénicos de Francia para estudiar su metabolismo a fondo.
Para el microbiólogo Johan Schrama, experto en nutrición de peces y profesor de la Universidad de Wageningen “esta investigación no se centra sólo en cómo alimentar a los peces, sino también en la forma de hacerlo sin deteriorar el medio ambiente. Se trata de cuidar el entorno, pero también al propio pez. No está dirigida a maximizar el crecimiento, sino a entender cómo los peces son capaces de asimilar diferentes tipos de nutrientes.”
Los investigadores miden los cambios químicos del agua de los peces durante todo el día. Luego el agua pasa a través de filtros antibacterianos que eliminan los residuos y añaden oxígeno.
El biólogo Ep Eding, investigador en acuicultura, explica que “podemos utilizar esta información para diseñar el sistema de tratamiento de agua. Muchos nutrientes no son asimilados por los peces y tienen que ser eliminados por la unidad de reciclaje para poder reutilizar el agua una y otra vez. Este tipo de tratamiento permite reducir el consumo de agua de 100 a 1000 veces, si lo comparamos con los sistemas de circuito abierto.”
Los científicos esperan que con esta investigación el pescado del futuro sea más sabroso, más ecológico y también más barato.