Martin Schulz, reelegido presidente del Parlamento Europeo. Los eurodiputados han vuelto a elegir al socialdemócrata alemán. Ha hablado ante una Eurocámara en la que se ha duplicado el número de escaños de euroescépticos y han irrumpido las formaciones radicales: “Una democracia solamente se construye sobre la base del respeto y de la dignidad humana. Y el que ponga en tela de juicio el respeto mutuo y la dignidad humana se topará con mi firme oposición”.
Aunque la votación ha sido secreta, no ha habido sorpresas. Los socialdemócratas, los populares y los liberales europeos ya habían llegado previamente a un acuerdo. Una gran coalición que defiende el presidente del Grupo Popular del Parlamento Europeo, Manfred Weber: “Es un comportamiento democrático normal. En la campaña electoral nosotros presentamos nuestras ideas, nuestras orientaciones generales y después cuando vimos que no habíamos conseguido la mayoría, decidimos crear alianzas”.
Otros candidatos han criticado esta gran coalición que garantizaba la reelección del presidente. Entre ellos el español Pablo Iglesias, líder de Podemos y candidato de la Izquierda Unitaria para presidir la Eurocámara: “Creo que es difícil establezer formas de cooperación con el señor Schulz si siguen trabajando como hasta ahora. Nosotros vamos a tender la mano, pero la clave de esta mano tendida es acabar con las políticas de austeridad”.
Y mientras la mayoría escuchaba de pie el himno de la Alegría, símbolo de la Unión Europea, el euroescéptico británico Nigel Farage ha dado al espalda en el hemiciclo a la actuación de la Filarmónica de Estrasburgo.