Cansado, pero feliz, el nieto del famoso explorador Jacques Cousteau ha salido del mar. Fabien Cousteau ha pasado 31 días sumergido en las aguas de Florida en un laboratorio submarino. Una forma de rendir homenaje a su abuelo, que hace medio siglo permaneció 30 días, uno menos, inmerso en el Mar Rojo.

“El récord no era en el objetivo, pero sabía que ese día de más iba a servir para captar la atención de la gente. Mi abuelo estaría orgulloso de ver a cuánta gente hemos llegado. El objetivo era llegar a 331 millones de personas en todo el mundo. Pienso que lo hemos superado”, afirma.

Cousteau y su equipo han estudiado los efectos del cambio climático y la contaminación en los océanos, así como las consecuencias psicológicas de un largo periodo de aislamiento bajo el agua. El laboratorio en el que han pasado los 31 días se llama Aquarius, es una especie de autobús de 20 metros de largo con tecnología punta y conexión a Internet.