La reina Isabel II ha bautizado este viernes un enorme portaaviones que lleva su nombre. Sin embargo, al celebrarse el acto en tierras escocesas la monarca decidió sustituir el tradicional champán por una botella de Whisky.
El barco, de 65.000 toneladas, es considerado la embarcación de guerra más grande construida en el Reino Unido para la Marina.
Al acto también asistieron el primer ministro británico, David Cameron, y el ministro principal escocés, Alex Salmond.