En medio de la creciente tensión entre israelíes y palestinos, las palabras de una madre, rota por el dolor, muestran un rayo de esperanza. Es Rachel Frankel, la madre de Naftali Frankel, uno de los tres adolescentes israelíes asesinados, tras ser secuestrados en Cisjordania.
“Los asesinos de nuestros hijos, quienes les enviaron, quienes les ayudaron, quienes incitaron a estos asesinatos, todos serán llevados ante la justicia. Pero deben ser ellos y no personas inocentes. Ninguna madre o padre deberían pasar por lo que estamos pasando. Y compartimos el dolor de los padres de Mohamed Abu Jedir’‘, ha dicho Rachel Frankel.
La familia del adolescente árabe, de 16 años, asesinado la semana pasada, tras descubrirse los cadáveres de los tres estudiantes israelíes, ha sido recibida por el presidente palestino, Mahmud Abás, en Ramala.
Tres de los seis extremistas judíos detenidos han confesado haberlo secuestrado en Jerusalén Este, cerca de su casa, y haberlo quemado vivo.
El presidente y el primer ministro israelíes han expresado al padre del muchacho su “vergüenza” e “indignación” frente a este asesinato “abominable”, han dicho.
Mientras, en Gaza, centenares de personas asistían a los funerales de dos de los ocho milicianos palestinos muertos en los bombardeos israelíes. Ofensiva que responde al lanzamiento de cohetes palestinos contra el sur de Israel.
Unos 1.500 reservistas israelíes han sido llamados a filas, ante lo que pueda pasar.