El Banco Espírito Santo portugués asegura que tiene suficientes fondos propios para afrontar posibles impagos, lo que de momento ha calmado a los mercados no solo lusos sino también europeos. Las acciones de la principal entidad financiera portuguesa volvieron a cotizar este viernes a media mañana, tras su suspensión el jueves cuando caían alrededor de un diecisiete por ciento. Los inversores temen el contagio de su casa madre, el hólding Espírito Santo International.

“Una cosa es el negocio que tiene la familia Espírito Santo y, otra cosa, el banco”, quiso aclarar el primer ministro, Passos Coelho. “Y es muy importante que tanto los portugueses como los inversores extranjeros tengan en cuenta esta diferencia y estén tranquilos”.

En un comunicado, los responsables del banco aseguran que poseen un capital propio de 2.100 millones de euros que es mayor que su exposicion al grupo. Así, los préstamos concedidos al holding suponen 1.180 millones y los títulos que poseen los clientes 850 millones.

La espiral de pánico del último mes, que le ha hecho perder al banco la mitad de su cotización en la bolsa de Lisboa, se debe a que se ha descubierto un agujero de 1.300 millones de euros en la casa madre que controla la familia Espírito Santo. En junio, hubo una ampliación de capital del banco que desembocó en la dimisión del patriarca Ricardo como director general. Las peleas en su sucesión empezaron a ahuyentar entonces a los inversores. Y, ahora, incluso ha provocado que volvierá a subir el precio de la deuda en los países del sur de la eurozona.