En la frontera entre Gaza e Israel este sábado se han registrado choques entre militares israelíes y combatientes de las brigadas de Ezzedine al-Qassan, el brazo armado de Hamás. Es la última hora de una ofensiva sobre la franja palestina que en doce días ya ha costado la vida a al menos 316 palestinos, dos tercios de ellos civiles, y ha dejado más de 2200 heridos. A eso se suman cientos de viviendas e infraestructuras destruidas. De lado israelí han muerto un civil y un militar.

En la noche del viernes al sábado los ataques han sido especialmente intensos en los barrios de Bait Lahia y Beit Janun, donde un obús israelí mató a una familia de ocho miembros, cuatro de ellos menores de edad. Según el ejército israelí, las fuerzas de infantería se mantienen en la periferia de los centros urbanos y en las zonas fronterizas. El principal objetivo de la llamada operación “Margen Protector” es la red de túneles subterráneos de Hamás, por los que las milicias palestinas pueden infiltrarse en Israel para cometer atentados e introducir en la franja armas y cohetes. El Ejército israelí asegura haber localizado una decena de esos túneles con más de una veintena de salidas en Gaza.