Hasta hace dos días, Tel Aviv había producido, por los ataques "a fuego tigrero" que ordenó sobre la franja de Gaza, 347 víctimas mortales, de las cuales 117 fueron menores de edad. Sin embargo, en esta carnicería sin cuartel de las últimas dos semanas, Israel ya también ataca mezquitas, además de escuelas y hospitales, y -quizás por ello- elevó a 600 el número de las víctimas inocentes de su artillería: niños, la inmensa mayoría. Hace horas Tel Aviv confirmó la desaparición de un soldado de su ejército pero no ratificó que palestinos de la resistencia lo tomaron como prisionero. teleSUR