La 46 cumbre de presidentes del Mercado Común del Sur (Mercosur), celebrada el martes en capital venezolana, Caracas, ha combinado los gestos políticos de apoyo entre sus miembros con el carácter comercial del grupo.
Los jefes de Estado miembros manifestaron el compromiso de potenciar la región a través de la aceleración de la puesta en marcha del Banco del Sur para antes de fin de esta año, así como del impulso de la Zona Económica Complementaria para avanzar en la consolidación de una economía justa, productiva y equitativa.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, asistió a la cumbre con el fin de convencer a sus socios para aprobar un acuerdo de libre comercio este mismo año con la Alianza del Pacífico, integrado por Chile, Perú, Colombia y México, pero no logró el consenso.
La que sí consiguió el apoyo unánime de todos fue la argentiba Cristina Fernández, con la "Declaración de Especial de los Estados parte de Mercosur en respaldo a la República Argentina" y contra los fondos buitre que tienen a este país al borde del default.
La declaración rechaza la actitud de estos fondos y reconoce la voluntad de Argentina de cumplir sus compromisos financieros como ya lo ha acordado con el 92 % de sus acreedores.
Esta cumbre se escenificó la reconciliación con la asistencia del presidente paraguayo Horacio Cartes, país que retornó al bloque después de su suspensión tras la salida del entonces mandatario Fernando Lugo del Gobierno.
Bolivia, en cabeza de su mandatario Evo Morales, recibió el espaldarazo a sus intereses con la firma por parte de todos los miembros del protocolo de adhesión al Mercosur.
Los presidentes sudamericanos presentes en la cumbre también acordaron elaborar un documento de que exigirá el cese al fuego en Gaza.
Invitados:
Tahina Ojeda, Investigadora de la Instituto Desarrollo y Cooperación UCM
José Luis Torremocha, Periodista y analista internacional