Huyen dejando atrás sus casas y sus vidas. Los ciudadanos del este de Ucrania buscan un lugar para alejarse de las bombas y los disparos que suenan en Lugansk y Donetsk, las regiones tomadas por los separatistas que el Gobierno lucha por recuperar. Uno de los principales destinos es Járkov, bajo control de Kiev.
“La situación es la siguiente: no hay agua, no hay gas, no hay cobertura para el teléfono móvil, no hay tiendas de comida y solo alrededor de diez litros de combustible en las gasolineras. Ha habido un par de explosiones, todo el mundo ha saltado de sus camas en mitad de la noche. Nuestros niños están aterrorizados”, explica un ciudadano de Lugansk.
Según los últimos datos de la ONU, 230.000 personas se han visto desplazadas en Ucrania, la mayoría procedentes de Lugansk y Donetsk. De estas, 130.000 han partido hacia otros lugares en el interior del país y 100.000 han buscado refugio en Rusia.