El ejército ucraniano estrecha el cerco en torno a Donetsk y Lugansk. Los prorrusos ceden terreno constantemente en la última semana. Ucrania ha anunciado que esta es la ofensiva final para recuperar el control del este del país.
Marinka es una población a menos de 35 kilómetros de Donetsk. Según estimaciones de la ONU, unas 1.500 personas han muerto en los combates desde abril. No hay cifras sobre víctimas civiles.
“Nos están dando agua…, en los últimos días no había…, es absurdo, una pesadilla”, protesta una vecina de esta localidad. Y se pregunta: “¿Por qué matan civiles?, ¿por qué?, díganme”.
En Moscú, varias decenas de personas han desafiado al Kremlin y se han concentrado frente a la embajada de Ucrania para protestar contra esta guerra y las muertes de civiles. La consideran una guerra de agresión iniciada por Rusia.
PAVEL SHELKOV, activista:
“Protestamos contra la guerra y lloramos a las víctimas. Estamos en contra de lo que está pasando”, explica el activista Pável Shelkov. “Los rusos, los rusos normales estamos en contra de la guerra”, insiste Shelkov.
La protesta, de carácter pacífico, ha concluido con la intervención de la policía, que ha detenido a una docena de manifestantes.