Es una visita histórica para este país oriental que no había recibido a ningún papa en los últimos 25 años.
La misa de la Asunción estuvo especialmente dirigida a los jóvenes, a los que el pontífice pidió combatir el materialismo. Francisco recordó durante la ceremonia a las víctimas del naufragio del ferri Sewol en el que murieron más de 300 personas, en su mayoría estudiantes. Algunos de los supervivientes se encontraban presentes en la misa.
Esta tarde, el líder de la Iglesia Católica se reúne con 6000 jóvenes del continente asiático. Mañana participará en Seúl en la beatificación de 124 mártires surcoreanos, un evento que podría atraer hasta un millón de personas, según las autoridades.