Varias escuchas del espionaje alemán han quedado al descubierto. Una denuncia periodística explica que Alemania escuchó “por error” conversaciones telefónicas via satélite de John Kerry y Hillary Clinton y que hizo un seguimiento sistemático al primer ministro turco Recep Tayip Eerdogan, aliados todos ellos en la OTAN.

El semanario Der Spiegel quita fuerza a la denuncia alemana contra el espionaje estadounidense por haber escuchado las conversaciones telefónicas de la canciller Angela Merkel.

No opina así el diputado democristiano Wolfgang Bosbach, miembro del comité de vigilancia de los servicios secretos del parlamento alemán: “Si realmente ha habido una vigilancia a la secretaria de Estado Clinton y más tarde a John Kerry, por accidente, por “captación fortuita” se trataría de algo completamente diferente a la cobertura del 100% que hace la NSA. Sin embargo, esta noticia es maná del cielo para los estadounidenses. Ellos dirán: muy bien, estos alemanes se quejan amargamente de nuestras prácticas de vigilancia, pero ellos mismos también lo hacen”.

Hace un mes Alemania le pidió al jefe de la CIA que abandonase el país por conducta impropia. Poco después la fiscalía federal ordenó la detención de un doble espía alemán que filtró a Estados Unidos documentos internos alemanes.

Merkel repite cada vez que se le pregunta, que el espionaje entre aliados es intolerable. Se refiere al espionaje de la Agencia Nacional de Seguridad estadounidense del que fue víctima. Ahora tiene delante las escuchas del Servicio Federal de Inteligencia que, fortuitas o no, no fueron borradas una vez identificadas.