Quinto día de desafío al Gobierno de Nawaz Sharif en Pakistán y jornada clave para los seguidores del opositor Imran Khan.

La exestrella de criquet reconvertida en político ha ido aumentando su pulso contra el actual presidente del país hasta pedir a sus seguidores que invadan esta tarde la zona roja de Islamabad, dónde se encuentran las blindadas sedes gubernamentales.

“Vamos a intentar hacer todo lo posible para que nuestra manifestación sea pacífica, pero si el Gobierno se pone violento reaccionaremos para salvar el país y nos sacrificaremos por él. Obedeceremos las órdenes de Imran Khan, diga lo que diga para continuar por la senda de la revolución”, decía uno de los manifestantes.

Khan, que nunca reconoció al igual que el también opositor y religioso musulmán Tahir ul-Qadri la victoria de Sharif en las elecciones de mayo del año pasado, empezó una marcha hacia la capital el jueves por la noche.

Con algo de apoyo popular pero sin el de gran parte del Parlamento ni el de la clase empresarial del país asiático ha decidido renunciar a todos los escaños de la Cámara Baja para mostrar que no cesará hasta que Sharif dimita.