Pese a su tradicional distanciamiento de los conflictos bélicos tras la II Guerra Mundial, Berlín ha aprobado esta medida para contener el avance de la milicia yihadista suní en el norte de Irak. Sus envíos incluirán armamento letal y no sólo material defensivo.
La semana pasada, la Unión Europea ya autorizó a sus estados miembros decidir individualmente este tipo de ayudas.
“De manera acordada con nuestros socios europeos e internacionales, queremos hacerlo con el objetivo de apoyar y reforzar la capacidad de los peshmergas para defenderse. Conocemos los riesgos ligados a esta decisión y por lo tanto consideraremos de forma cuidadosa el tipo y la cantidad de los envíos”, decía el ministro de Exteriores alemán Frank-Walter Steinmeier.
Han adoptado una postura similar los gobiernos de Francia, Gran Bretaña o Italia, aunque el parlamento transalpino aún debe aprobar la decisión de su ejecutivo. Su primer ministro, Mateo Renzi, se ha desplazado a Irak para reunirse con sus homólogos entrante y saliente, Haider al Abadi y Nuri al Maliki, su ministro de Exteriores y con las autoridades del Kurdistán iraquí.