Celebración por todo lo alto en las calles de Gaza para festejar que la paz, aunque frágil, ha llegado a la franja.
Tras cincuenta días de operación sangrienta, más de 2.000 muertos, la mayoría civiles palestinos, y cuatro treguas fallidas, palestinos e israelíes han aceptado la propuesta de Egipto y han firmado un alto el fuego permanente.
Las negociaciones se retomarán en un mes en el Cairo y se estudiarán los términos del acuerdo. Por el momento y a pesar del sangriento balance que ha dejado el conflicto los dos aseguran haber ganado la batalla.
“Hoy le decimos a la población israelí, después de la entrada en vigor del alto el fuego, que vuelvan a sus casas. Nosotros somos los que se lo permitimos y no Netanyahu”, decía el portavoz de Hamás Sami Abu Zuhri.
Israel asegura que si Hamás cumple las condiciones y no vuelve a lanzar cohetes aliviará las restricciones sobre la franja.
“¿Por qué ha aceptado hoy Hamás exactamente lo que rechazo hace un mes en Egipto? Se podría haber evitado todo este derramamiento de sangre”, decía el portavoz israelí Regev.
Con la firma del acuerdo, Israel se compromete entre otras cosas a acabar progresivamente con el bloqueo de Gaza, a ampliar la zona de pesca, a liberar presos palestinos y a negociar la reapertura del aeropuerto y puerto de Gaza.