Tres campos de entrenamiento de terroristas y dos oficinas gubernamentales que estaban siendo usadas por el grupo mercenario llamado Estado Islámico quedaron destruidos luego de bombardeos efectuados por el ejército de Siria sobre tropas mercenarias acantonadas en la ciudad de Al-Raqá, en el norte. Entre las víctimas de este ataque y otras que arrojaron como saldo los enfrentamientos en tierra, suman 31 los muertos. teleSUR