Moscú y Kiev se lanzan nuevas acusaciones.
El primer ministro Arseni Yatseniuk ha acusado a Vladímir Putin de querer apoderarse de toda Ucrania pese a la tregua.
Por su lado, Lavrov, ministro de Exteriores ruso, solo ha mostrado un optimismo cauteloso sobre la tregua que de momento se está cumpliendo.
Incriminaciones mutuas que tienen lugar en Kiev, que aún ha de encajar el haber aplazado hasta 2015 su acuerdo comercial con la UE, en una concesión a Moscú.
“Una de las mejores opciones para garantizar la seguridad ucraniana es una aplicación con éxito del acuerdo de asociación, dijo Pavlo Klimkin, ministro de exteriores ucraniano.”
Su homólogo ruso, Serguéi Lavrov, ha acusado a Washington de tratar de aprovechar la crisis ucraniana para quebrar los lazos económicos entre Rusia y Europa.
“Ese plazo extra da la oportunidad a Ucrania de poner su economía en orden, señaló el comisario europeo Stefan Füle. Su economía está comprometida ahora por las operaciones militares en el este del país. Vamos a aprovechar ese tiempo extra para establecer nuevas conversaciones con los socios rusos”.
Mientras tanto en el terreno, un segundo convoy de ayuda humanitaria de Rusia ha cruzado la frontera con Ucrania. Según la televisión pública rusa, 2.000 toneladas de alimentos, medicinas y ropa ha sido distribuidas en las regiones separatistas del este de Ucrania.