Los analistas económicos denuncian un segundo caso Yukos en Rusia, tras el arresto domiciliario del oligarca Vladímir Yevtushénkov. A través de su holging AFK Sistema, éste controla la petrolera Bachneft codiciada por el gigante público Rosneft. Desde el martes cuando el oligarca fue detenido e inculpado por blanqueo de dinero, AFK Sistema ha perdido ya 4.500 millones de euros en capitalización bursátil en Moscú. O sea, más de la mitad de su valor. Y sus acciones en Londres caían más de un treinta por ciento.
Yevtushénkov, de 65 años, compró a mediados de la pasada década la petrolera Bashneft en un proceso de privatización. Desde abril pasado, hay una acusación judicial contra los anteriores propietarios de Bashneft por robo y blanqueo. Fruto de esta investigación, este oligarca que se calcula es la decimoquinta fortuna de Rusia se halla ahora bajo arresto domiciliario cerca de Moscú.
Diferentes analistas y el ex propietario de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorskovski liberado tras diez años de cárcel, consideran que Yevtushénkov es víctima a su vez del presidente Vladímir Putin. Como entonces, el objetivo último sería que Bashneft pasara a manos de Rosneft dirigida por el amigo de Putin Igor Sechin.