Según fuentes del Ejército ucraniano, más de diez civiles han muerto tras el bombardeo con lanzaderas de misiles Grad registrado ayer y nueve edificios de viviendas han quedado reducidos a escombros.
“Lo más importante es que deberíamos vivir en una ciudad tranquila. Solo queremos vivir como antes. Esto es lo que me importa”, se lamenta esta joven.
El alto el fuego y la propuesta de autonomía para las zonas de Donetsk y Lugansk controladas por los rebeldes, no han traído la tranquilidad a esta localidad.
Los separatistas acusan a las fuerzas gubernamentales de aprovechar la tregua para atacar el aeropuerto de Donetsk, reagrupar sus unidades y reforzar sus posiciones.