Asciende al menos a 36 el número de fallecidos tras la erupción repentina del volcán del monte Ontake en Japón. Los servicios de rescate han encontrado este lunes otros cinco cuerpos sin vida, que se unen a los 31 localizados el domingo y cuya recuperación se está viendo dificultada por la falta de visibilidad y de oxígeno.
La erupción el sábado cogió totalmente por sorpresa a las autoridades, que aseguran no contar con la capacidad necesaria para prever este tipo de situaciones. No obstante, el seguimiento de la actividad sísmica en el país es muy elevado, ya que Ontake es sólo uno de sus 110 volcanes activos, incluyendo el conocido Monte Fuji.
“No pudimos predecir la erupción del Monte Ontake, ya que apenas ha entrado en erupción en contadas ocasiones en el pasado, así que no tenemos suficientes datos científicos”, reconocía Toshitsugu Fujii, de la Agencia Meteorológica Japonesa.
De hecho, en el momento del incidente, el Monte Ontake se encontraba catalogado como de nivel uno, el más bajo en la escala de riesgo de erupción. Ahora se ha pasado a nivel tres.
Este lunes los responsables de las labores de rescate anunciaron también la suspensión temporal de sus tareas debido a las emisiones de gas y ceniza en las proximidades de la cima del volcán, de más de 3.000 metros de altitud. En total se han movilizado a más de 500 policías, bomberos y miembros del ejército.