Las autoridades de Libera se declaran desbordadas por el ébola. La epidemia ha dejado ya más de 3.000 muertes en África Occidental, de las que 1.800 han tenido lugar en este país, según los responsables nacionales.

Pese a medidas extremas como la cuarentena o el toque de queda, su avance sigue y ante la Asamblea general de la ONU, su ministro de Exteriores ha pintado un paisaje desolador.

“El ébola nos ha confundido a todos. Ha ido más rápido que nuestros esfuerzos colectivos. Tristemente, mientras el ébola sigue extendiendo la muerte, está además dejando tras de si toda una serie de huérfanos traumatizados en todo el país. Niños como ese de 10 años de Baka Du, que ahora es el último miembro vivo de una familia de 12”, dijo Augustine Kpehe Ngafuan.

A ello se une que con los recursos desviados a la lucha contra el ébola, los centros médicos tienen problemas para tratar otras enfermedades más habituales, como la malaria o la rubeola, aumentando el número de muertes.

La ONU estima que es necesaria una ayuda de unos 800 millones de euros para atajar la epidemia. De momento, los países donantes han contribuido con 275 millones.