Cientos de kurdos nacidos en Turquía tratan cada día cruzar la frontera para ayudar a sus hermanos de Siria residentes en la ciudad de Kobane. La urbe sufre la embestida del grupo terrorista Estado Islámico. Las autoridades de Ankara prohiben a sus ciudadanos participar en un conflicto que consideran ajeno. Además, decidieron cerrar los pasos migratorios para impedir la llegada de desplazados víctimas del fundamentalismo religioso. teleSUR.