El presidente de Rumanía, Trajan Basescu, ha asegurado que el actual primer ministro, Victor Ponta, fue un espía encubierto del servicio de inteligencia rumano entre 1997 y 2001. Ponta ha negado la acusación.

El mandatario ha explicado que Ponta decidió introducir al pasado año un artículo en la legislación, en el cual se establece que hay que garantizar el anonimato de todos los agentes que abandonan los servicios de inteligencia, para así poder mantener su secreto.

Por su lado, Ponta ha dejado claro que si ha habido un incumplimiento de la ley, las instituciones competentes pedirán responsabilidades a quien haya cometido la ilegalidad, sea la persona que sea.
Basescu y Ponta son enemigos políticos y ya es habitual el duro cruce de declaraciones entre ambos.