Miles de personas acudieron este viernes al funeral del adolescente palestino que murió el viernes de un disparo en la cabeza al norte de Ramala.

Según los militares israelíes, autores del disparo, el joven de 14 años y que también tenía nacionalidad estadounidense, estaba lanzando cócteles molotov contra los coches que pasaban por una carretera. Según sus familiares, lanzaba piedras al Ejército israelí.

Estados Unidos ha pedido a las autoridades locales una investigación transparente de lo ocurrido.

La tensión en la zona es cada vez mayor. Es el segundo adolescente muerto a manos de los militares israelíes en ocho días. El sepelio acabó con nuevos disturbios entre jóvenes palestinos y fuerzas de seguridad israelíes.