Israel acelera sus planes de construir un millar de viviendas en Jerusalén Este en medio de una creciente tensión en los territorios palestinos ocupados.

Presionado por sus socios de Gobierno ultranacionalistas para que se acelere la ampliación de las colonias, consideradas ilegales por las leyes internacionales, el primer ministro Benjamin Netanyahu ha declarado ante el Parlamento que no dejará que le dicten las condiciones de la paz a su Gobierno y que seguirá construyendo en Jerusalén Este.

La decisión ha suscitado críticas en el seno de su Ejecutivo. El ministro de Finanzas y líder de Yesh Atid, la segunda fuerza más votada en las pasadas elecciones generales, ha dicho que, en principio, no se opone a la construcción en los grandes bloques de asentamientos; si bien considera que no es el mejor momento, debido al estancamiento del proceso diplomático y al estado de las relaciones con Estados Unidos. “Yesh Atid se opondrá a este plan”, sentencia Yair Lapid.

La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ha condenado duramente la decisión del Gobierno
israelí. El primer ministro palestino, Rami Hamdalla, ha acudido simbólicamente a la Explanada de
las Mezquitas de Jerusalén para hacer un llamamiento a la comunidad internacional.

“Estamos pidiendo protección para la ciudad santa de Jerusalén, Cisjordania y la franja de Gaza. Pedimos a la comunidad internacional y al Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, que proporcionen protección internacional inmediata. Instamos a Israel a que detenga la ocupación, 48 años son suficientes”, dice Hamdalla.

Los palestinos tienen previsto presentar, en noviembre, ante el Consejo de Seguridad de la ONU una iniciativa que obligue a Israel a retirarse de Cisjordania y Jerusalén Este en un plazo de tres años.