Las críticas dentro y fuera de Estados Unidos han obligado a relajar las medidas impuestas al personal médico que regresa de África Occidental de luchar contra el ébola.
La enfermera aislada el viernes en un hospital de Nueva Jersey, tras volver de Sierra Leona, podrá pasar los 21 días de cuarentena que le han impuesto en su casa.
“Estamos muy contentos de que haya sido dada de alta esta mañana porque no ha tenido ningún síntoma durante 24 horas. Nueva Jersey le ha proporcionado transporte para que pueda volver a su casa en Maine, donde los responsables sanitarios se encargarán de su cuidado y vigilancia”, ha declarado el gobernador de Nueva Jersey, Chris Christie.
El viernes, junto con el gobernador de Nueva York, había anunciado por sorpresa estas medidas de aislamiento. Fue un día después conocerse el primer caso de ébola en Nueva York, el de un médico que trabajó en Guinea Conakry.
En el mismo centro que él, el hospital Bellevue, está ingresado un niño de cinco años que ha dado negativo en una primera prueba del ébola.
Desde la Casa Blanca parecen compartir la inquietud de la ONU, de los profesionales de la salud e investigadores sobre el efecto negativo de estas medidas sobre los voluntarios que viajan a África.
“Queremos asegurarnos de que todas las políticas que se ponen en marcha en este país para proteger a los estadounidenses no disuaden a los médicos y enfermeros de este país que quieren viajar voluntariamente a África Occidental para tratar a pacientes de ébola”, ha dicho Josu Earnest, portavoz de la Casa Blanca.
Cuarentenas tambien en Italia, donde 11 soldados estadounidenses, procedentes de Liberia, donde han participado en una misión contra el ébola, se encuentran en observación preventiva en la base militar de Vicenza. Otra treintena de militares estadounidenses podrían llegar allí en las próximas horas.