Pekín ha aceptado por primera vez un compromiso con dos partes concretas. La primera es que sus emisiones de efecto invernadero alcanzarán su máximo en 2030, para después comenzar a reducirlas. La segunda, que a partir de ese año un 20% de la energía que produzca el país procederá de fuentes limpias y renovables.
El anunció se ha hecho en la capital del gigante asiático tras una reunión entre el presidente chino Xi Jinping y su homólogo estadounidense Barack Obama. Éste a su vez hizo público, dentro del acuerdo, que Estados Unidos reducirá sus emisiones para 2025 entre un 26% y un 28% respecto a los niveles de 2005. Se trata del doble de recorte del inicialmente previsto para el periodo entre 2005 y 2020.
Ambas partes esperan que este pacto sirva de ejemplo y ayude a lograr un acuerdo a nivel global durante la conferencia sobre el cambio climático que tendrá lugar en París en 2015.