Ustin, uno de los cinco tigres siberianos liberados en Rusia la primavera pasada, ha atacado una granja y matado 18 cabras. Al parecer, entró en territorio chino hace dos semanas. Uno de sus hermanos de camada, Kuzya, también ha cruzado la frontera. Se cree que éste se comió, el mes pasado, varios pollos en otra granja de la provincia de Heilongjiang. La puesta en libertad de Kuzya corrió a cargo del propio presidente ruso.
El propietario de la granja explica que guardó las cabras en el corral, pero que el tigre rompió la verja y mató a los animales.
Las autoridades locales han prometido que compensarán las pérdidas ocasionadas por los “tigres de Putin”, cuyo rastro es seguido por localizadores GPS.
El tigre siberiano se encuentra en peligro de extinción. En la actualidad, en torno a medio millar viven en libertad, la mayoría en Rusia.